A veces uno trata de ponerse una mascara gigante para ocultar lo que uno es... pero las mascaras.. todas.. son como las que salian en los dulces hace muuuchos años... terminan ahogandolo a uno.
Pero bien... me ahogaron y ahora es hora de quitarmela... toda esta alegria que me venia consumiendo, no era otra cosa que un disimulo de todas las cosas malas que me han pasado ultimamente.
Entregarle toda la confianza a alguien, creer en una amistad, creer en una palabra, para que al fin de cuentas todo salga como estaba previsto... sencillamente, me siento como una marioneta a la cual la cogieron de sus hilos y la movieron a su antojo, todo para conseguir tontos permisos y tonto dinero que no tienen ciencia alguna...
Que desilucion uno entregarle su amistad a una falsa palabra a una falsa persona...
Y que digan lo que quieran.. pero por algo y no en vano, me enseñaron en mi casa que Nunca pero Nunca en tu vida CONFIES EN UN IZQUIERDISTA!
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